lunes, 18 de octubre de 2010

ni un pasacalle

Mis asados eran lo siguiente,
al rededor de una vez al mes
mi familia intima: mi mamá, su marido, mi hermana y yo
ibamos en auto hasta Valentin Alsina
a la casa de Carlitos Pizuretti, hermano de mi tia, María Pizuretti.

Mi Tio Bichín, su mujer María, su hermano Carlitos (dueño de la casa),La gorda Tania, mujer de Carlitos y Narine, Armenia y madre de Maria y Carlitos.
En muchos casos estaba "La abuela Noni" que nos acompañó hasta que falleció de un ataque al corazón a los 63 años.

La gorda Tania tenia su familia
que tambien nos convidaba con su presencia
Dalma, madre de la gorda Tania
El padre, que no recuerdo el nombre

Carlitos: vivia aun en su casa materna, con su madre y su mujer "La gorda Tania", campeón de bowling, millones de trofeos apilados, taxista.
La Gorda Tania: trabajaba en una oficina de correo argentino.
Dalma: madre de la gorda, jubilada, religiosamente religiosa, siempre hablando de asuntos espiritistas y mil cosas mas.
El padre: ex comisario, muy divertido, en año nuevo solia vestirse de bebe a las 12 de la noche o se vestía de mujer de momento a otro, fanático de los dulces, decía reservarse un lugar para el postre siempre.
Quique, hijo de Carlitos y Tania, tenia un problema de nacimiento en la boca lo cual le impedia hablar bien, el tema es que ya tenia treinta y la madre por ese problema no lo mando ni al colegio ni nada,siempre lo trataron como a un down y quedo down no le quedó otra.
igual tomaba vino, mucho vino
inexplicable
Y bueno...con mi hermana le deciamos chubaca,
por el sonido que hacia al hablar.
Igual yo los queria mucho, tanto que unas vacaciones me fui con ellos...
Eramos Carlitos Pizuretti, La Gorda Tania, Chubaca y yo con destino Mar del Plata
los 4 en un taxi a GAS
En ese momento pensaba que eran las vacaciones que merecia
12 años, poca vida social, era eso o nada.
Me acorde cuando ibamos con el taxi,
en un momento habia tanto viento en la ruta que nos paro el auto
porque ibamos a gas
era un equipo discutible
y el auto era un 128

un fiat 128

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una patada de alegria en la nariz