martes, 4 de noviembre de 2008

El placard de Marcia

Que maravilloso, dijo Marcia a las 2.35am, tocando sus cabellos desteñidos mientras descubría que su empapelado verde musgo con rombos amarillos combinaba perfectamente con el estampado azul de su sofá.
Pensó en el verde, en las plantas del mundo y sus clorofilas, hizo tres minutos de confusión fotónica y se aburrió.
Cambio, hizo apenas algunos movimientos con sus hombros descubriéndose un dolor en el omóplato derecho y decidió ir por 2 aspirinas.
Luego de tal momento risueño, acomodo el cuello de la camisa de su pijama y camino hasta la cocina, lo hizo despacio, dejando deslizar sus medias blancas de algodón por el piso de cerámica encerado por la mañana.

Hizo una búsqueda silenciosa por el cajón de los cubiertos, luego por el de los repasadores, pasó por el de las bolsas de basura hasta llegar al último donde guardaba electrodomésticos pequeños cual tostadora para sándwich y asadora para bife ancho.
Se desespero, no se podría llegar a decir a exactas que esa fue la causa de su huevo en la frente pero si que fue un empujón para luego golpearse al levantar la cabeza fuerte y no darse cuenta que estaba el caño salido desde hacia 6 semanas del aparato que chupa el humo de la cocina.

Marcia es un nombre latino, que su significado es “guerrera”, se lo puso su padre luego de haber dedicado su vida entera a la pesca, un final tristísimo el de Oscar ya que en una expedición allá por 1965 perdió su vida al enfrentarse contra un tiburón Blanco, media 5 metros y medio contra el metro 64 de Oscar.

La madre de Marcia, Alicia, luego de tal incidente abrupto cayó en una depresión que hizo que engordara 35 kilos cada 2 semanas hasta llegar a pesar 186kg, tuvo que ser internada ya que no podían moverla para ninguna actividad.
Alicia nunca se termino de acostumbrar a la vida en la Clínica “Salud Vida Mía” y una noche de hambruna sin medir consecuencias fue hasta la cocina de la clínica y comió toda la comida que había para los internos al otro día, filete de merluza con puré de zapallo era el platillo, Alicia arrebatada por la excitación de días enteros de dieta estricta se atraganto con una de las espinas y murió asfixiada esa misma noche sin titubear, dejando a Marcia sola en el mundo.

hay una parte del mundo que es muy callada donde la pena y el entusiasmo se opacan, donde no todo es una fiesta.

frío
entre el vidrio y el metal

1 comentario:

Anónimo dijo...

se me hace que vos te inspiras mucho de lo que hace spinetta.. no? chau

una patada de alegria en la nariz